domingo, 22 de diciembre de 2013

El vigor físico








"Se discutió sobre muchísimos aspectos del juego. Sebastián intentaba ordenar lo defensivo. Leandro corría, hasta que no dió más y se pareció al Beto Márcico de los últimos tiempos. También se charlaron aspectos individuales, propuestas para mejorar la respuesta del cuerpo a la decisión tomada por la mente. Se habló mucho, y por eso perdimos. Pero jugamos un gran partido"

La noche del Domingo fue, sino la última, la ante-última jornada deportiva del año 2013. Pienso que fue uno de los mejores partidos que he jugado este año. Comenzó cuando tomamos cómo uno de los nuestros a un francés de nombre Vivienne (o algo así) que en realidad esperaba a un tal Julián, que era nada más y nada menos que el Legolas petiso de botines rosados que juega en el mismo horario que nosotros y usa vincha. Más tarde, bien metidos en el partido, un gatito cachorro paseaba sobre el paredón y nos hablaba de proezas.
Jugamos más de lo usual, y eramos solo 8 (ocho). Entre los Buenos se encontraban: Marcos, Diego L., Nacho y el intrépido Luco (que tuvo una noche brillante con pases efectivos y gol). Por el lado de los Malos nos encontrábamos : Sebastián, Patio Rodriguez, Leandro y yo.  
Recuerdo que el comienzo del partido fue lento. No había goles y se libraba batalla en la mitad del campo de juego, el calor era agobiante y las piernas demoraban en calentarse. Algunos tenían incluso una fuerza desmedida para hacer pases y se evidenciaban salidas  de la noche anterior.El momento de quiebre fue cuando Nacho, siempre inteligente, anticipó movimientos que a nosotros, los Malos, nos llevaron a comenzar perdiendo. Y a pesar de numerosas respuestas nuestras (con toda la agresividad posible), nos metieron 3 (tres ) goles más.
Voy a hablar de mí ahora, porque fue en mi turno de ir al arco, el momento en que, habiendo superado la mitad de la cancha, "clavé un zurdazo con comba" que nos devolvió al partido. Y con espíritu romántico, avanzamos hacia la valla rival y logramos primero empatar y después, ponernos 2 (dos) goles arriba, sosteniendo además, por un tiempo prolongado, una diferencia más o menos estable, a nuestro favor.
Llegó, por supuesto un momento en el que las piernas comenzaron a ceder y los buenos, haciendo uso de su fútbol "estratégico" con ataques prolijos, se elevaron nuevamente y marcaron 5 (cinco) goles seguidos. Durante ese tramo, nuestro equipo, se había convertido en una mezcla de pedidos, recomendaciones y silencios y había dejado de ser ese "Coloso de la Tormenta" que supo ser. 
Fue solo sobre el final cuando, lo que parecía ser una nueva remontada, se convirtió en una reducción de la diferencia entre ambos equipos.
En lo personal, contento por mi rendimiento, doblemente contento por mis apariciones como arquero goleador y la sensación de vigor que me acompañó durante todo el encuentro.
En lo grupal, contento por el buen rendimiento de Pato, de quien esperamos más apariciones. Contento también por los pases altos y precisos de Luco, por el valor de Sebastián y las agallas y la magia del botín de Diego. Enaltezco y valoro las palabras de Sebasián y la tremenda capacidad para ordenar de Nacho.
Enaltezco el fútbol de esta noche y espero que se repita la semana próxima.
Para terminar quiero agregar lo siguiente: si uno mantiene sus rodillas levemente flexionadas y adopta un sentido de balanceo sintiéndolo en el cuerpo, es posible ir más allá del pensamiento y SABER actuar. Se trata de moverse incluso cuando uno no está moviéndose, y eso no genera fatiga, todo lo contrario.

lunes, 16 de diciembre de 2013

La percepción



Desde tiempos inmemoriales, los seres con conciencia han practicado diversos rituales con el fin de llegar a niveles más altos de percepción. Los antiguos contaban historias alrededor del fuego, o pintaban murales con visiones. Más adelante, existieron quienes, tras consultar oráculos, decidían o no, partir a una batalla que definiría su destino. Hoy, de la misma manera, jugamos fútbol.
Todos los domingos santísimos, un grupo de impolutos guerreros se reúne alrededor de un balón que (como si fuera el fuego ritual de los que son ajenos a nuestro tiempo) vaticina el posible despertar de alguno de ellos o a viva voz, manifiesta imágenes sobre "lo que está por venir" para uno o varios. Este espíritu, coloca a los demás guerreros en un aspecto de la humanidad extremadamente noble: el espíritu solidario (quienes, a sabiendas de la importancia, deciden evitar el rito, se convierten en expulsados provisorios y viven con la VERGÜENZA, hasta ser redimidos por un acto de gran valor. Este es el caso de Pablo Pachila, que decidió no aparecer), con el cual, son capaces de jugar, a pesar de su propia importancia personal, sabiendo que todo lo que hagan durante el partido, se verá reflejado en el destino de otro. La noche del Domingo último, tuvo principalmente que ver con 2 (dos) de los hermanos Lumerman. Pablo, que vuelve a la Patagonia, luego de su épica conquista en el ámbito de lo político en la ciudad capital de nuestro país, y Alejandro, que se unirá en los próximos días en santísimo matrimonio con 1 (una) mujer, con la que ya ha estado unido por tiempo suficiente, como para que los dioses auspicien su verdad amorosa.
De entre todos los designios que favorecen la unión de uno y la partida del otro es, sin duda, el que sin saber, Pablo Pachila, activó con su "faltazo". Todos sabemos que el 9 (nueve) es un número mágico. Y 9 (nueve) fuimos los que jugamos debido a esto.
Los Buenos, formaron con: Marcos, Seba B, el viejo y querido Mcnamara, Pablo Lumerman y Leandro Bossero.
Los Malos (o los que tuvieron visiones): Ale Lumerman, Diego Lumerman, Fern Dagnino y yo, Andrés C.

El comienzo del partido fue sumamente auspicioso para nosotros, Los Malos, que rápidamente nos pusimos 2 (dos) goles arriba, debido a las incongruencias de un equipo que, a sabiendas de su superioridad numérica, se portaba demasiado liviano (y sabemos bien a esta altura, que los dioses reprenden esta actitud con goles en contra). El primero fue una gran jugada entre Diego y yo, que terminé por cerra con mi pie izquierdo. El segundo, fue por una torpe maniobra de Marcos "de las estrellas y el norte escondido", ante la cual yo, expectante esperé hasta que pude quebrar su ilusoria superioridad y luego quedé solo ante el arco (de hecho, ahora pienso que tal vez ese no fue el segundo gol, pero no importa) y convertí.
Como llevados por el misterio, los Malos nos acercamos una y otra ve al arco contrario y logramos varios goles y sostener una diferencia de 2 (dos) goles más o menos estable, pero poco a poco nuestra energía inicial mengüó y dio paso a una ventaja regular de 3 (tres) goles por parte de Los Buenos.
Los Buenos sostuvieron su ventaja, a pesar de las cualidades de nosotros, que medio brujos, por momentos, pudimos retomar la ventaja, pero para los dioses, todo lo que es a medias es insultante y no lo permitieron. Así fue, que, con un compromiso superior y 1 (un) jugador extra, Los Buenos, gritaron victoria.
Al terminar la batalla, Pablo Lumerman fue condecorado con 1 (una) manito judía, para ser usada como le plazca y un diploma honorífico con la foto oficial de Futbol Cero. Luego, Pablo subió al estrado y ante el micrófono habló sobre victorias y derrotas, y con lágrimas en sus ojos dijo que nunca jamás olvidaría los grandes momentos que pasó entre nosotros.
Nosotros tampoco Pablo, nosotros tampoco...


*Pablo Pachila será sancionado por su corto aviso para faltar. El hecho de que su falta haya sido estipulada por los mismísimos dioses, no lo redime ante la ley de los hombres.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Cuando Luco cumplió treinta:

Donde se narran los acontecimientos que rodearon al cumpleaños de Luco.


Cuando Luco cumplió 30 (treinta) años, como es costumbre en Hobbiton, quizo festejar a lo grande su llegada a la adultez. “Habrá pasteles”, pensó, “pero mi fiesta debe ser especial. Tiene que ser algo que todos recuerden para siempre, y que se hable en las sobremesas de todo el pueblo.”
Mientras meditaba en este asunto y otros de menor y mayor importancia, Luco pasó a campo traviesa por un parque, jugueteando como si fuera un niño. Asesorado por su propia intuición, decidió cruzar 1 (una) arboleda muy frondosa detrás de la cual se veía lo que parecía ser ¡la cancha de fútbol más hermosa que ojos hobbit hubieran visto jamás!
Se acercó a investigar y descubrió que detrás de la cancha además había una parrilla. “Aquí podría dar la mejor fiesta de treinta: jugaríamos fútbol amateur y nos podríamos deleitar con una deliciosa carne-parrilla de res.”
Excitado, volvió corriendo a su madriguera y con pluma y papel, comenzó a escribir las invitaciones. Con que felicidad escribía, mientras su mente vagaba por las más deliciosas imágenes. Reír era como una caricia para sí mismo, sabiendo que todos sus amigos aprobarían el plan. Escribía con letra cursiva y un poco inclinada a la izquierda, mientras gozaba anticipando la fiesta.
De pronto, escuchó golpes en su puerta. “¡Ya voy!”, dijo. Luego se aprestó a bajar de su alto pupitre de escribir (fuera quien fuera el que llamaba a su puerta, era muy insistente) y el golpeteo solo cesó cuando Luco abrió el portón de hierro negro que separaba su madriguera del soleado camino del este.
Del otro lado, un hombre alto, con barba muy larga y ojos con relámpagos, lo saludo con una voz muy grave y oscura que lo asustó y lo hizo precipitarse hacia atrás y caer de espaldas de la forma que nos deja sin aire por unos segundos. “¡Luco! Tranquilo. No me conoces, pero yo sí. Conozco todo sobre tu persona, y también sé que hay algo muy importante que llevas contigo, aunque aún no lo sepas. No quiero que pienses que soy un acechador y aunque mis maneras en este momento parezcan un poco amenazantes, pronto verás que soy tu amigo. ¿Puedo pasar?”
Nuestro amigo se quedó mirando al hombre durante unos segundos y le ofreció, como buen hobbit, sentarse en la vereda sobre unas banquetas que él mismo había instalado. “Espero que sepa comprender, pero prefiero interactuar con extraños afuera, es decir, uno nunca sabe, ¿verdad?” El hombre asintió con una sonrisa y se sentó sobre la banqueta de madera. Luco trajo semillas de zapallo y luego de ofrecerle al extraño hombre, se sentó el mismo sobre la banqueta número 2 (dos).
Fue ahí cuando el hombre empezó a contar la historia que había venido a contar. Le explicó que venía de muy al norte, y que durante su viaje había descubierto cosas muy importantes. Le contó que hacía 25 años, había visto un partido de fútbol amateur en el que 1 (un) defensor destacaba, no por su manejo de la pelota, sino por su muy especial manera de robar el balón de los jugadores rivales. Desde hacía 25 años, estaba obsesionado buscando a ese jugador, pero había desaparecido de la faz de la tierra. Pero hacía poco, había pasado casualmente por una cancha, y fue entonces cuando encontró a Luco. Desde ese día, había visto todos los partidos en los que jugó y cada una de las veces, se convenció un poco más de que nuestro querido hobbit tenía el mismo don que aquel otro jugador.
Sorprendido, sin saber que decir, alzó sus hombros y le dijo al hombre: “Bien, supongo que le agradezco. Pero ¿para qué me buscó? No lo entiendo.”
“Luco, hay cosas que los hobbits no se enteran, pero que saben hasta las hojas de los árboles. La sombra del norte está creciendo, verdaderamente. La única posibilidad que tenemos de sobrevivir, es un partido de fútbol amateur, y nos falta un defensor. Ese defensor eres tú.”
Luco entrecerró sus ojos y le preguntó- “¿Cuándo?”
“El 22 (veintidós) de noviembre”- contestó el hombre.
“¡Pero es justo el día de mi fiesta de cumpleaños! ¡Habrá carne parrilla y balón-pié!”
“Lo sé”, dijo el hombre, “Podrás jugar, pero durante tu discurso en el banquete, deberás desaparecer de la vista de todos y venir conmigo, que te voy a estar esperando detrás de la arboleda en una carroza color plata”
El no tan intrépido hobbit se sentía mareado con tantas novedades, debería pensarlo. El hombre le dijo que lo esperaría detrás de la arboleda y que no había nada que pensar. Le deseó un buen partido y le obsequió un hermoso par de botines de cuero brilloso con dos relucientes campanitas ornamentales al final de los cordones. Luco se quedó boquiabierto mirando su nuevo regalo y solo cuando alzó la vista se dio cuenta de que el hombre ya no estaba ahí.
Extrañado,  prendió su pipa de pensar y se dijo a sí mismo que más tarde retomaría las invitaciones. Ahora debía resolver si iba a luchar contra las fuerzas del mal o no. Como siempre en estas situaciones, tomó un poco de arcilla y se puso a modelar una pequeña figura femenina con sus dedos, y como siempre que hacía eso, rápidamente apareció una respuesta en su mente. La respuesta era un NO rotundo. Luco quería jugar a la pelota, pero era solo un hobbit, y los hobbits no salvan al mundo.
Ahora que estaba más tranquilo, se sentó y terminó las invitaciones y luego salió a repartirlas a pie, como era costumbre el pequeño y tranquilo pueblito. Cuando terminó, volvió a casa y se durmió.
Al llegar el gran día, el cumpleañero se vistió con su indumentaria deportiva de fiesta (color dorado, como el sol) y se dirigió al complejo deportivo-gastronómico. Al poco tiempo, llegaron los invitados y comenzaron los partidos. Todo fue disfrute y algarabía. Luego la campanilla sonó y todos fueron a la gran mesa de banquete. En total, había unas 300 sillas y la larga parilla se extendía paralela a la mesa.
Todos comieron y bebieron hasta el hartazgo y cuando llegaron los pasteles, Luco no pudo aguantar más y, luego de pedir silencio, les contó a sus amigos lo que había sucedido. Les habló sobre el hombre de barba larga y su propuesta. Del fin del mundo y la posibilidad de evitarlo con el en la cancha.
Luego de la sorpresa inicial, algunas voces se alzaron animándolo a ir, otras asegurando la locura del hombre, y algunas voces no se alzaron (tal vez por la borrachera). El mediano se volvió a sentar y dijo: “La verdad que me jugaría un partido más”. Sopló las velitas, comió una porción de torta, se paró y desapareció tras la arboleda.



FIN

La lluvia breve

La última semana fue extremadamente calurosa. Los hábitos de las personas (en general, aficionados al aire acondicionado y otros soportes que dañan terriblemente a nuestro hermoso planeta) durante estos días, hace que se parezcan más a marmotas que a seres humanos. Pero, por suerte, son seres humanos y la debilidad de cualquier ser humano con algún grado de sensibilidad es un partido de fútbol.
Hasta minutos antes de comenzar, la convocatoria era muy corta para jugar, y encima, uno de los que sí estaban anotados en la plantilla amenazaba con bajarse, dejando a la "bestia-fútbol", tuerta. Ese uno que se quería bajar, al menos tenía conciencia de grupo y accedió a jugar si no conseguía quien lo reemplazara.
Finalmente, se hizo la hora del partido y fuimos 8 (ocho). El partido se jugo entre 2 (dos) equipos: "Los hijos del bosque", debido a sus torsos desnudos y sensuales, y los "Civilizados" (por esconder sus cuerpos  llenos de vergüenza de sí mismos).

.Los Hijos del Bosque formaron así: Marcos ( que llegó tarde), Andrés C, Nacho y Sebastiano B.
.Los Civilizados, de esta otra forma: Diego L., Ale L, Ferchat y Lucord (quien se manifestó cansado para jugar)

El partido, como expliqué de forma muy escueta (en las alineaciones, justo al lado del nombre de Marcos y entre paréntesis), comenzó después de que llegó Marcos. Antes de eso, los 7 (siete) que estábamos en la cancha hicimos una exhibición para los asistentes y demostramos todo nuestro fútbol, provocando el entusiasmo de los testigos casuales.
Una vez que Marcos llegó, se sacó su remera y se juntó nosotros para comenzar lo que fue un partido de leyenda. Sobre el resultado numérico solo diremos que "Hijos del Bosque" ganó bien.
Si uno es argentino, es muy probable que recuerde a un jugador que se caracterizó, no por su destreza, sino más bien por lo que algunos llaman "tener ángel", pero que es más bien, tener el favor de los Dioses. Ese jugador se llamaba Martín Palermo, el entusiasta del gol. Un día, este hombre metió un gol bajo una fuerte lluvia y con su pecho desnudo alzó su mirada a los cielos y lloró lagrimas épicas. Ninguno de nosotros lloró en la noche de ayer, pero el cielo desató toda su furia y el viento nos quitó nuestras miserias mientras los espíritus nos lavaron el sudor con la frescura con que el cosmos nos anima a seguir a pesar de todo.
Y los Hijos del Bosque ganaron de manera abrumadora.Y Luco hizo 1 (un ) gol. Y Fercha trabó y defendió como nunca. Y yo Andrés C, tuve algo de nuestro lesionado gran arquero Andrés O y mantuve la valla invicta durante un buen tramo del partido. Y Marcos río. Y los hermanos Lumerman insistieron a pesar de todo y se lucieron. Y Nacho ordenó. Y Sebastián contó historias de la dualidad, y de cómo una calavera y las siglas U.S.M.E representan a lo opuesto que se une (voy a necesitar más explicaciones, por mi parte). Y se propuso un baño comunitario como símbolo de amistad (quizá los Dioses a veces hacen romper límites que en el fondo están bien puestos).
Y aunque breve, la lluvia refrescó las almas y nos llenó de dulces expectativas para lo que viene.



(+) Creo que el dueño de la cancha nos volvió a querer un poquito.



lunes, 2 de diciembre de 2013

No nos quieren más



El Domingo 1 (primero) de Diciembre del año 2013 después de Cristo, varios de los jugadores de nuestro fútbol tuvimos una percepción (no se si real, pero compartida) al respecto de nuestro canchero y su ayudante. A medida que fuimos llegando (y esto fue comentado por unos cuantos), saludamos y nos unimos al resto de nuestro grupo, pero algo había en la mirada del señor canoso que nos lleva a la cancha, que nos hizo ruido.
El primero en hablar fue Ale Lumerman: -"¿Qué onda, no nos quiere más el chabón?". A partir de ahí comenzó una conversación al respecto. Alguno observó que quizá era solo ese día, y nada contra nosotros, otro se cargó de energía para iluminar los hechos con preguntas (esto por suerte no pasó, porque nos hubiera generado heridas emocionales que, en la previa de un partido pueden destruir la alegría), otros consideraron el asunto completamente irrelevante.Al rato y sin conocer la verdad, simplemente nos acercamos a la cancha 2 (dos).

Como viene siendo costumbre, últimamente está faltando gente, pero ahora existen dentro de nuestro plantel (el único plantel de fútbol inclusivo de todo el Planeta Tierra) algunas guerreras que cumplen de manera más que digna (mucho más que algunos de nosotros) con esta disciplina deportiva. Así fue que los equipos - esta vez empatados al terminar el juego- formaron así *:

A- Majo, Marcos, Iván, Pablo P, Andrés C.
B- Ale L, Flor, Michael, Diego L, Ferchateur.

El partido se abrió a favor de el equipo A, el más petiso (o apetitoso), gracias a 1 (un) gol de la señorita Majo, luego de una serie de rebotes que la favorecieron y que, con alma de goleadora, logró meter adentro del arco displicente-mente defendido por algún caballero del equipo B que no se llevaba bien con sus manos. Luego, la ventaja se amplió a dos y más o menos, se mantuvo esa diferencia en el transcurso del juego.
Por el lado del equipo B, mientras el que relata estaba resguardando el arco por vez primera en una oscura y cálida noche de primavera, apareció una gacela (Flor) que con una puntería envidiable hasta para los más hábiles guerreros de nuestro equipo, forzó el empate escondiendo en la "ratonera" la pelota, dejándome sin oportunidad de evitar el gol.
Los ataques llegaban en forma de peligrosos bombazos y una casi insoportable presión de Michael. Sin embargo, la cosa no se terminaba aquí, porque es bien sabido que nunca nos rendimos, y, a pesar del terrible calor, el equipo A se defendía con ataques. Así seguimos castigándonos mutuamente con goles.
1 (un) pelotazo en la cara recibió Pablo P., que a pesar de sus pies de acero y su porte de estrella de fútbol europeo, debió tomarse la cara por un rato y recibir 1 (un) trago de agua, para soportar lo que quedaba del partido. Aún así, mantuvo un gran nivel en lo que quedaba.
El tiempo pasaba y la cosa estaba casi igualada (nosotros llevábamos la ventaja por la mínima diferencia), cuando, casi sobre el final- ya con ese señor que no nos quiere más esperando el último gol -se acercó alguien (otra vez estaba yo en el arco), tal vez Diego, y anotó lo que significó el empate.

(+): A pesar de los temores que podría haber provocado en el espíritu de algunos atletas, el fútbol mixto amateur, funciona muy bien. Está vivo y crece.
(+): Terminó el partido y no supimos la verdad.
(+): Marcos fue una luz en la defensa.
(+): Se vió, por momentos una dupla de ataque explosiva entre Iván y yo.
(-): El señor de la cancha ... veremos.
(-): La costumbre de llegar demasiado justo al partido.


*Al terminar en empate, imposible definir a unos por buenos y otros por malos.



lunes, 25 de noviembre de 2013

Axolotl Triumphant



Hay un momento en la vida de todo deportista amateur, en que el destino lo pone prueba. El deportista tiene, en ese momento, la oportunidad de ser un héroe y quedar impreso en sus hazañas para siempre. Pero si nuestro deportista no tiene la energía suficiente, los dioses le quitan el favor para siempre y este se convierte en una señora ama de casa que le hace flan a sus nietos por el resto de su vida, aprendiendo todo sobre corte y confección y otras actividades tan aburridas como solitarias.
Este último, no es el caso de los 7 (siete) verdaderos hombres que no flaquearon este último domingo. Y fueron 7 (siete), porque el octavo pasajero (Iván), se "olvidó" del partido, dejándonos en un terrible número impar (*), prefiriendo ser una señora (tal vez nos sorprenda con unas bellas camisetas para el próximo partido, confeccionadas por el mismo).
Por suerte para nosotros, quienes recordamos y sostenemos el deporte más amado, 1 (un) coloso de negro nos ofreció sus servicios y llegamos al mínimo de jugadores para poder comenzar la puja deportiva.
Los que no caímos en la mediocridad del domingo fuimos:
Los Buenos: Ferchat, Ale L. Andrés C y El "Coloso" de negro.
Los Malos (o los camiseta de viejo blanca +1): Diego L, Seba B, Nacho, Pablo P.
En una primera y avispada mirada, cualquiera hubiera dicho que el equipo de las camisetas de viejo (esas que musculosas que van debajo de una camisa traslucida metida en un pantalón de vestir muy pero muy alto) era el que más posibilidades de ganar tenía. Y en el comienzo parecía ser así, una serie de desconexiones y distracciones de nuestro equipo nos dejaron atrás en el marcador. El Coloso de Negro, probablemente se sentía un poco fuera de lugar, siendo el único desconocido, sin embargo, desde el fondo, comenzó a generar algunos pases de muy alta calidad (más allá de su pesado estilo) que en ocasiones terminaron en goles míos y de Ale L. Por el lado del otro equipo, situaciones de gol muy parejas y claras, sin embargo, creo que desde el partido del viernes, en que Diego L fue absolutamente anulado por la Señorita Majo, ha dejado de ser el capitán del bello fútbol, por lo menos hasta que recupere su autoestima futbolística.
De todos modos, corresponde decir que la paridad, como casi siempre, fue la reina de la noche, y solo al final, en el último segundo, antes de que el señor canoso nos venga a sacar de la cancha, fue que los buenos fueron buenos y los malos, un equipo de viejos en camiseta.
Por lo demás, resaltaré que los 7 (siete) que estuvimos esa cálida noche infernal estuvimos donde teníamos que estar, y cuando, nuestros nietos pregunten que hicimos el 24 de noviembre de 2013 diremos:- "Yo fui uno de los héroes de San José".



*- pesar de las propiedades sumamente proporcionadas de organización que este tipo de números nos regala en el cosmos(es un hecho que agrupar cosas de a tres es mejor que de a dos, y sino, pregúntenle a una diseñadora de interiores), es un grupo de números terriblemente malos para comenzar un partido de fútbol.

sábado, 23 de noviembre de 2013

La envidia de todos los cumpleaños

Ayer, viernes 22 de noviembre, un plantel de fútbol 0 (cero), se presentó en "La Canchita", un predio del barrio de Chacarita, para homenajear al último gran defensor, Luco Tamagni en su cumpleaños número 30 (treinta).
La fecha en particular tenía varios ingredientes más que interesantes: un asado espectacular, el hecho de jugar fútbol amateur durante 2 (dos) horas seguidas, sin pausa y la posibilidad de ir rotando algunos jugadores. Debido a esto último, la crónica de esta fecha no contendrá resultados, no habrá buenos y malos, porque hubo equipos victoriosos y perdedores en varias combinaciones posibles. Lo que sí destacaremos será la astucia de la única compañera mujer, que no solo metió goles, sino que además le hizo prácticamente imposible la llegada al gol a Diego "Maravilla" Lumerman en muchísimas ocasiones.
Durante las 2 (dos) horas de fútbol, se hicieron presentes: Marcos, Facundo, Andrés "esperamos que te recuperes pronto" Osswald (quien se lesionó luego de una atajada espectacular), Diego y Ale Lumerman, Ferchat, Gerardo Ponte, Agustín Salassa, Iván (con quien fabricamos algunas jugadas deliciosas), Sebastián Brunwald, Patricio Rodriguez (el único jugador que alguna vez cobró por jugar), Lautaro Gatti, Luco, Andrés Yo, Teniente Majoni.
Mientras estábamos en la cancha combatiendo como héroes, el fuego cocinaba la carne sacrificial, sonaba la terriblemente épica música de Cadaver y nuestros pechos se hinchaban de orgullo. Por momentos, en la cancha se podían ver jugadores con el torso desnudo debido al calor (en total 3), un hombre vestido como cantante de música disco que jugaba con zapatos como si fueran botines, el durísimo Luco, la señorita Majoni, haciendo de las suyas.
Hubo goles magníficos, hubo goles no tan magníficos. Hubo jugadas deliciosas. Hubo un momento donde pensamos que pedimos la pelota. Hubo un arquero increíble al que los dioses castigaron por querer volar más alto que el sol y lograrlo (los dioses son orgullosos y en el fondo temen a los grandes hombres).
Cuando terminó el juego, nos acercamos todos y todas a la zona de alimentación y comenzamos el festín.
Destaco que Luco es, además de treintañero, hincha referente de Boca Juniors a partir de la noche de anoche (gracias a Iván por eso).
De pronto, mientras Bruce Dickinson era el protagonista musical, Ale Lumerman dijo: "Esta música es una tontería".
Ale, está música no es una tontería. A veces nuestros corazones reflejan en el mundo exterior lo que llevamos dentro, y nos perdemos de la realidad.
Luco, el plantel completo te desea muchos años más y felicita la sabiduría de tu corazón por hacerte oficialmente de Boca (la camiseta te queda pintada).
Solo resta decir que fue la fiesta de cumpleaños soñada por cualquier futbolista amateur. Gracias por eso.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Todos los Hombres

Hoy me cuesta escribir. Anoche, el fútbol me retiró el saludo. Llegué primero, temprano. Y me sentí extraño. Poco a poco empezaron a aparecer los demás. Todos eran sonrisas enormes. Diego, con sus barbas juveniles, Pablo Pachila, alma de segundo mejor jugador del mundo (porque el primero es Lionel Messi), Luco, y su espíritu defensor de todo lo que es bueno, Fercha y la magia de su pie derecho, Andrés O., con la inteligencia puesta al servicio de la agilidad, Leandro y su fuerte pegada mezclada con una seguridad medio porteña que no es tal, Facundo y su fantasista estilo, Marcos y la feliz experimentación de un juego más adulto (que se sabe pillo por la edad, además de poseer su notable gambeta) y Sebastiano B, la testosterona al servicio del deporte amateur, mezclada con una amabilidad superlativa. 
Y yo, (hoy: el otro Andrés). Yo no me sentí bien desde un primer momento. Tenía una certeza obsesiva de que el partido iba a ser difícil para mí. Todos los agentes en mi vida que funcionan como alimento para mi personalidad un poco fóbica, estaban ahí: me puse la camiseta de mi equipo favorito antes de que juegue (y luego perdió), llegué antes que todos, y todos tardaron mucho en empezar llegar y me sentí aterrorizado al ver que a mi alrededor había mucha gente, el agujero que hay en la suela de mi botín izquierdo se sentía más profundo que nunca. 
En algún momento, todos empezaron a llegar. Nos adjudicaron la cancha 2 (dos) y fuimos hacia allí (esta cancha en particular tampoco es de mi agrado). Una vez adentro, empezamos a pelotear y los equipos se formaron así: 
Los Buenos: Luco, Sebastiano, Diego, Andrés O., Pablo P.
Los Malos: Fercha, Facundo, Leandro, Marcos y el otro Andrés.
El partido tuvo pocos goles, hay que decirlo. Pocos porque las defensas fueron fuertes de ambos lados, además de que el calor ayudó y que la suerte no acompañó, pero también pocos, porque muchos no entraron. De todos modos, durante una gran parte del encuentro, Los Malos, tuvimos el marcador a nuestro favor en una diferencia de 2 (dos) goles a nuestro favor. En un momento, Leandro me dijo: "si seguimos así les ganamos seguro" (esto se sumó a la serie de anticipaciones macabras que yo tuve. Nunca, pero nunca fui capaz de sostener una victoria creyendo que ya la tenía). Y desde ese momento, a mi me pareció que no seguimos "así". 
Y en un momento dado, tras algunas jugadas beneficiosas para nosotros, pero mal terminadas, Los Buenos nos dieron vuelta el "match" en 1 (un) abrir y cerrar de ojos. Nos sacaron diferencia de 2 (dos) goles y, aunque intentamos y logramos reducir a 1 (uno) la diferencia, el señor de anteojos que además de ser dueño de la cancha, le enseña tenis a la arquera de Riber Plate, nos terminó el partido. 
Aplaudo a los Buenos de la noche del Domingo, pero me siento triste.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Generosidad


La carta tercera del oráculo de Nostradamus, un juego de cartas que permite ver "más allá de lo evidente", nos muestra un ser andrógino con un perturbador camisón con estrellas y dos lazos que tal vez pretenden parecer alas (podríamos interpretar al ser como la cúpula de nuestra poderosa madre Tierra). Observando en profundidad, notamos que de sus axilas sale sudor en forma de grandes gotas, casi una lluvia, de la que beben los perros sedientos que lo rodean. A sus espaldas, una antorcha de fuego sea probablemente el agente culpable de derretir su camisón de hielo cósmico (o tal vez, el "fuego sagrado"), que calma la sed de los caninos, que podríamos ser nosotros, humildes jugadores de fútbol amateur.
No miento cuando digo que ayer, previo al partido, decidí mezclar el mazo de cartas y , siendo irrespetuoso con el juego, pero no con el destino, saqué 1 (una) carta (a pesar de que el juego propone la adivinación a partir de una triada de figuras), para ver quizá, que nos deparaba la noche futbolera.
Sorpresa ante el oráculo, fue lo que sentí, al ver que, llegando a la cancha, el todo poderoso cielo rugía y vomitaba aguas celestiales y el terror se hizo dueño de mí, al ver que posiblemente, muchos no vendrían. Pero el temor fue mayor cuando el dueño de la cancha dijo que no había reserva.Sin embargo, se nos ocurrió (a Fernando y a mí, los únicos hasta ese momento), que tal vez la reserva existía, pero a nombre de otro jugador y no de quien usualmente reserva, Diego L. Por suerte, así fue.
 "A nombre de Lucas, quizá"- dije. El hombre buscó en su carpeta de reservas y dijo:- "Sí".
Ahora, tocaba esperar que los jugadores llegaran.
Poco a poco, y de uno en uno, fueron llegando: Facundo Valdez, Iván, Ale y Pablo Lumerman, Lucoso, Marcos, Leandro Bossero, Andrés O.
Una vez que estuvieron todos, nos acercamos a la cancha 3 (tres), y luego de un breve calentamiento, se formaron los equipos. Los Buenos: Iván, Luco, Leandro, Marcos de las Altas Tierras y quien escribe esta crónica. Los Malos: Ale L, Pablo L, Facundo V, Ferchot del Mar y Andrés O.
El comienzo del partido fue terrible para los Buenos (que son buenos por partida doble en esta ocasión), dado que los malos atacaron, bajo la tremenda lluvia de manera muy eficaz y un tanto cruel, con quienes se encontraban todavía , un poco desordenados. Y llegaron a lograr una diferencia de 3 (tres) goles, sin que nosotros hubiéramos podido convertir ni siquiera 1 (uno).Pero de apoco, nos enojamos un poquito con nosotros mismos, y empezamos a hablarnos más, mientras nuestros cueros, mojados cultivaban el valor de la astucia y le sumábamos coraje a un partido que parecía perdido desde el comienzo.
Mientras tanto, del lado de los Malos, surgían ataques cada vez más duros para nosotros, que además, por momentos nos volvíamos heroicos, y por momentos, parecíamos una señora con toda la cara operada, deseando parecer más joven de lo que es, pero sin lograrlo. En uno de esos momentos, recibí, actuando como portero, 1 (un) gol, por parte de la bestia Dagnino, desde la mitad de la cancha.
Pero nunca nos rendimos, y quien me hizo ese gol, luego se hizo a sí mismo 1 (uno), que nos acercó a la posibilidad del empate. Y, a partir de ese momento, toda la clase y la categoría que pudieron tener los malos, empezó a declinar. Y nuestro empuje, nuestras agallas (quiero resaltar un mega centro de Luco que fue derechito a mi cabeza, que, aunque no fue gol, nos alimento el deseo de victoria) y 2 (dos) goles, cerca del final, permitieron que, a pesar de que los malos hicieran el último de la noche, nos lleváramos la Victoria.
Cuando más atrás en esta entrada dije que los Buenos fueron Buenos por partida doble, lo digo, porque a pesar de nuestra victoria (concreta, porque un gol en contra, es un gol), permitimos a los malos sentir que empatamos si ellos lo desean, y así, somos todos Buenos, en una noche que por la lluvia que acosaba, podría no haber sido, si no fuera por la Generosidad, de todos los JUGADORES (así, con mayúsculas).


Nota: han habido en muchas ocasiones goles en contra, y siempre se cobraron. Este, particularmente no lo ví. Pero por lo que me contó quien lo hizo, me parece que fue gol. 

martes, 5 de noviembre de 2013

Sobre mi segunda ausencia en 2 (dos) semanas:

Antes que nada, disculparme por mi falta sin aviso, pero voy a pasar a explicar los hechos, exactamente como fueron.
Con mucha alegría, me encontré, durante uno de los días hábiles de la semana anterior, con la noticia de que los partidos (el común y el mixto) se pasaban al sábado. Esto, para mí, quería decir que jugaría, dado que el domingo tenía una cita con el metal frente al cementerio de Chacarita. Sin embargo (iluso yo), al día siguiente, la directiva del jardín de infantes en que trabajo, me informaba que el "Acto de Fin de Año" (que no había olvidado, pero sí pensaba que era más temprano), era a las 6 (seis) de la tarde. "No importa"- me dije a mi mismo-, "esto no va a durar más de una hora, como mucho me pierdo el primer partido, pero llego al segundo" (iluso de nuevo).El acto fue muy lindo: niños felices, corriendo y saltando, facturas en la previa, un teatro gigante en Villa Devoto. Pero terminó cerca de las 8 (ocho).
Salí corriendo como la tempestad- "La estación del Urquiza está a 3 (tres) cuadras", me dije. A esa altura, me sabía llegando tarde, pero especulaba con esa demora que siempre tiene el comienzo de los partidos. Pero el tren no pasaba, y cuando finalmente lo hizo, ya había pasado media hora. Luego, conectando subtes, llegué hasta la "Línea H" y me enteré que se había descarrilado un tren. Eran las 9 (nueve) menos cuarto.
No llegaría.
Al bajar en San José (vivo a la vuelta de la cancha), me cruzo con Diego L e Iñaki E (el barbudo misionero, según la compañera Majoni) que me confirman que no llegué y están buscando que comer como dos simios salvajes en esta selva moderna. Iñaki muestra su pesar diciendo con tristeza terrible que lamenta haber participado justo el día en que no estoy para relatarlo en su partido. Pero aquí estoy Barbudo del Norte, y con ayuda de varios de los compañeros del fútbol de nuestros amores haremos una breve descripción de lo que sucedió este sábado.

Lo que sucedió según Teniente Majoni
Teniente Majoni:
En una tarde llena de emociones, la Teniente afirma no ser muy perspicaz, sin embargo, sus dichos son muy descriptivos. Con algo de edición estilo clarín, citaré algunos de sus dichos:

Uff, no quiero pasarme de emoción..te voy tirando las q me voy acordando..jugamos los malos: luco, sebas, marcos, una niña nueva (dani) y yo..los buenos, mechi, vane, flor y su novio mikael (amigos de mer) mas ricky gran viejo amigo mío, quien lucia impecable bajo la casaca de racing club original..hubo cosas! por ejemplo: marcos se corría todo solo y mechi me confeso su intención de irle directo a las piernas (junto con vane) pero se contuvieron." (nota: en este momento, sus ojos se llenan de lágrimas.)

"Luco que erró unos buenos (goles). No soy tan perspicaz en la atencion al partido me doy cuenta..goles varios (creo que perdimos aunque no los terminamos contando) Sebas como siempre un caballero" (Nota: sebas, por "Sebastiano". Muy de mujer "no contar los goles")

"La gente del 2do partido empezó a caer pero claramente nadie quería dejar la cancha, ahí la cosa se volvio mas interesante aun, quedamos vane para un lado y yo para el otro xq faltaron jugadores..mi equipo que puedo decir, impecable, se vió exquisito fútbol de la mano del pelado y el barbudo de misiones, mas sebas q seguía con nosotros" (nota: muchas faltas de ortografía por el uso de "facebook", corregidas por su servidor)

"En frente lumerman y la liebre Ivan hicieron bellísimas jugadas, pero aun así fueron muchos los goles que les hicimos..pachila con su estilo y golpe fuerte dio varias amenazas
Y al final entregamos la plata xq nos subieron la tarifa, brindamos con stella artois y mechi quebró su botín"

Hasta aquí, todo lo que los dioses han querido compartir (Se de primera mano, que además la señorita del relato hizo 1 (un) gol. Si algún valiente recuerda algo más, se dirá por este medio, sino, lo que dijo Majo es la verdad para quien escribe. Adém.



jueves, 31 de octubre de 2013

Fútbol de Campaña (sección a.1)

a.1- De cuando el esférico cae en tierra y comienza la disputa.

Como se explicó en la sección primera, cuando la pelota se deja caer desde el helicóptero, o desde un vehículo terrestre cualquiera, comienza el juego. Una vez que suena la sirena y las bengalas humeantes dan aviso de su ubicación, ya es posible una primera disputa por apropiarse de ésta.
Lo más recomendable en esta etapa, será que los jugadores (de ambos equipos) más cercanos a este punto del mapa, sean quienes se dirijan a la "zona de combate", pero no existe ninguna regla que prohíba que sean otros jugadores de campo (de hecho, en esta etapa del juego, incluso los arqueros pueden movilizarse y así evitar la depresión suicida que genera la soledad extrema).
Una vez que haya jugadores lo suficientemente cerca, comienza el verdadero divertimento: un jugador del equipo con camiseta púrpura, verde y naranja, por ejemplo, se hace dueño del balón, a su derecha, un contrincante (de remera gris y lila, por que no?) intentará robarla haciendo uso de técnicas de fútbol tradicional. El jugador que tiene el balón, podrá buscar un pase en un compañero, esquivando los accidentes geográficos, pero también podrá hacer uso de cualquier objeto que se presente en el mapa (por ejemplo, un árbol), para hacer rebotar la pelota y volver a recibir o entregar a un compañero.
Mientras tanto, los jugadores en "zona de combate" de ambos equipos, podrán también, valerse de objetos, como un arbusto, para esconderse y rápidamente entrar en combate si la situación lo amerita (también podrá esconderse en la copa de un roble grande y caer por sorpresa delante del transportador (haremos uso de este término para indicar a quien lleva el balón).

Situación posible.

Se larga a llover, el transportador intenta proteger su cuerpo en una caverna, al este de su ubicación original. En el camino, la pelota se pincha por un roce con una ama de rosa mosqueta. Sin embargo, el jugador sigue su camino mientras "la redonda" se desinfla. Ningún contrincante nota esto y lo siguen de atrás.
Suponiendo que el jugador llegue a la caverna, puede, como en los juegos infantiles "pedir gancho" y acto seguido, tomar el balón con ambas manos. En ese momento, el juego frena temporalmente y el transportador explicará que la pelota se pinchó. Entonces, se hará uso de un medio de comunicación para ser asistidos con 1 (una) pelota nueva. Recién ahí el juego volverá a la acción.
Existe otra posibilidad: el jugador se dejará quitar el balón y acto seguido, dirá "pinchado". En ese momento, se procederá de igual manera, pero luego, los jugadores rivales deberán alejarse 300 metros de la zona de combate.

martes, 29 de octubre de 2013

El fantasma

La noche del Domingo 27 de octubre me vi obligado a perderme el partido debido  mi responsabilidad como ciudadano, para votar en las elecciones de diputados y senadores en la bella Neuquén. Aún así, los espíritus del fútbol me comunicaron lo que según ellos fue un "partidazo".
Como un ingeniero comunicacional, me dediqué a entrevistar a quienes si estuvieron en la disputa de gloria de la última semana y estos son los datos que recopilé (al final, haré un breve análisis psicológico sobre la negación).


  • Conversación iniciada hoy
  • Andres Ciruzzi
    Andres Ciruzzi

    muchachos, mi intención es recopilar datos sobre el último partido para poder armar la bitácora del último domingo. los que deseen, serán citados
  • Pablo Pachilla
    Pablo Pachilla

    tiro la mia y salgo de la conversacion: gran partido, muy parejo, muy luchado, gran lucimiento de los hnos lumerman en ataque, de lucas en el arco, y la pulenta de siempre de iván, como cosas para destacar.

  • 20:43Pablo Pachilla abandonó la conversación.
  • Diego Lumerman
    Diego Lumerman

    comenzamos 4 ontra 4..ale llego tarde porque se quedo dormido (seguramnete fornico a la tardecita y pego siesta). Pablo lumerman llego tarde porque fue a ezeiza con la familia y lo agarro un embtellamiento
    rauli se lesiono en el minuto 5 del 5vs5
  • Andres Ciruzzi
    Andres Ciruzzi

    uf. esos son buenos datos. espero hasta mañana a ver cuanto se suma y a redaccion
    algun aporte ale?
    ah. lista de players
    si no lo hacen, la voy a inventar
  • Alejandro Altura
    Alejandro Altura

    sip, nosotros los buenos-malos: diega , pablo p. sebas y yo; los malos-buenos: luco, ivan, facu, pablo l y
  • Pablo Lumerman Sirote
    Pablo Lumerman Sirote

    De mi lado eramos dagnino, facundo, ariel, luquini y yo.
  • Diego Lumerman
    Diego Lumerman

    luquini fue la gloria
    y facundo tambien
  • Andres Ciruzzi
    Andres Ciruzzi

    lo dual del asunto es por el 4 contra cuatro y el 5 contra 5?
  • Diego Lumerman
    Diego Lumerman

    (le metio tres caños a Ale)
  • Alejandro Altura
    Alejandro Altura

    si, me faltó ferch
    wtf?
  • Andres Ciruzzi
    Andres Ciruzzi

    ok. sale esta noche.
  • Diego Lumerman
    Diego Lumerman

    es cierto ale
    lo anulaste de t mente
    yo los vi
  • Andres Ciruzzi
    Andres Ciruzzi

    3 caños. bien
  • Alejandro Altura
    Alejandro Altura

    alguien lo puede corroborar?
  • Andres Ciruzzi
    Andres Ciruzzi

    va estar escrito ale. la gente del futuro lo va a saber asi, porque este es el unico registro. 3 caños
  • Diego Lumerman
    Diego Lumerman

    facundo no tiene face
  • Alejandro Altura
    Alejandro Altura

    nada que ver, luco?
    que lo reafirme luco
  • Diego Lumerman
    Diego Lumerman

    lo siento ale
    yo no miento
    para que lo haria?
  • Alejandro Altura
    Alejandro Altura

    solo un mentiroso dice que él no miente
    lo que sí, luco me atajó varios mano a mano, la pelota era de él
  • Andres Ciruzzi
    Andres Ciruzzi

    también es mentiroso quien defiende su honor de algo tan poco importante.
    tenés novia ale, que te importa?
  • Diego Lumerman
    Diego Lumerman

    asi es

    Parce ser que a algunos de nosotros (me incluyo, porque yo me lo tomo en serio), sentimos de vital importancia si nos "metieron un caño", un gol, o nos "gambetearon", como si se nos fuera la vida en ello. No obstante, es de hombres nobles reconocer cuando alguien a quien consideramos, tal vez, inferior a uno, en lo que a calidad deportiva respecta, nos supera. Especialmente, cuando se trata de alguien como el "mago de los tacos" Facundo Valdez, que juega de espaldas como si tuviera ojos en la nuca.
    Otra observación: Pablo Pachila, desde que existe el "grupo de facebook" "sale de las conversaciones, como si fuera un canciller, o tuviera algún problema de "hombre ocupado". A esto digo:- Vamos Pablo, no te creemos.
    Siento muchísimo no haber participado de este último partido. Si por mi fuera, los Dioses del tiempo podrían hacer un buen negocio conmigo ya que pagaría con mi propia vida por volver atrás y jugar, pero los Dioses del tiempo parecen no existir o ignorar mi existencia. Mientas sigan desconociéndome, aquí estaré. Cuando me reconozcan, volveré a ese día y jugaré el partido, y yo mismo, gozaré con los caños de Facundo a Ale.
    Hay solo una cosa que para mi es un misterio. ¿Quién es Ariel?
    Masaaki Hatsumi