lunes, 16 de diciembre de 2013

La percepción



Desde tiempos inmemoriales, los seres con conciencia han practicado diversos rituales con el fin de llegar a niveles más altos de percepción. Los antiguos contaban historias alrededor del fuego, o pintaban murales con visiones. Más adelante, existieron quienes, tras consultar oráculos, decidían o no, partir a una batalla que definiría su destino. Hoy, de la misma manera, jugamos fútbol.
Todos los domingos santísimos, un grupo de impolutos guerreros se reúne alrededor de un balón que (como si fuera el fuego ritual de los que son ajenos a nuestro tiempo) vaticina el posible despertar de alguno de ellos o a viva voz, manifiesta imágenes sobre "lo que está por venir" para uno o varios. Este espíritu, coloca a los demás guerreros en un aspecto de la humanidad extremadamente noble: el espíritu solidario (quienes, a sabiendas de la importancia, deciden evitar el rito, se convierten en expulsados provisorios y viven con la VERGÜENZA, hasta ser redimidos por un acto de gran valor. Este es el caso de Pablo Pachila, que decidió no aparecer), con el cual, son capaces de jugar, a pesar de su propia importancia personal, sabiendo que todo lo que hagan durante el partido, se verá reflejado en el destino de otro. La noche del Domingo último, tuvo principalmente que ver con 2 (dos) de los hermanos Lumerman. Pablo, que vuelve a la Patagonia, luego de su épica conquista en el ámbito de lo político en la ciudad capital de nuestro país, y Alejandro, que se unirá en los próximos días en santísimo matrimonio con 1 (una) mujer, con la que ya ha estado unido por tiempo suficiente, como para que los dioses auspicien su verdad amorosa.
De entre todos los designios que favorecen la unión de uno y la partida del otro es, sin duda, el que sin saber, Pablo Pachila, activó con su "faltazo". Todos sabemos que el 9 (nueve) es un número mágico. Y 9 (nueve) fuimos los que jugamos debido a esto.
Los Buenos, formaron con: Marcos, Seba B, el viejo y querido Mcnamara, Pablo Lumerman y Leandro Bossero.
Los Malos (o los que tuvieron visiones): Ale Lumerman, Diego Lumerman, Fern Dagnino y yo, Andrés C.

El comienzo del partido fue sumamente auspicioso para nosotros, Los Malos, que rápidamente nos pusimos 2 (dos) goles arriba, debido a las incongruencias de un equipo que, a sabiendas de su superioridad numérica, se portaba demasiado liviano (y sabemos bien a esta altura, que los dioses reprenden esta actitud con goles en contra). El primero fue una gran jugada entre Diego y yo, que terminé por cerra con mi pie izquierdo. El segundo, fue por una torpe maniobra de Marcos "de las estrellas y el norte escondido", ante la cual yo, expectante esperé hasta que pude quebrar su ilusoria superioridad y luego quedé solo ante el arco (de hecho, ahora pienso que tal vez ese no fue el segundo gol, pero no importa) y convertí.
Como llevados por el misterio, los Malos nos acercamos una y otra ve al arco contrario y logramos varios goles y sostener una diferencia de 2 (dos) goles más o menos estable, pero poco a poco nuestra energía inicial mengüó y dio paso a una ventaja regular de 3 (tres) goles por parte de Los Buenos.
Los Buenos sostuvieron su ventaja, a pesar de las cualidades de nosotros, que medio brujos, por momentos, pudimos retomar la ventaja, pero para los dioses, todo lo que es a medias es insultante y no lo permitieron. Así fue, que, con un compromiso superior y 1 (un) jugador extra, Los Buenos, gritaron victoria.
Al terminar la batalla, Pablo Lumerman fue condecorado con 1 (una) manito judía, para ser usada como le plazca y un diploma honorífico con la foto oficial de Futbol Cero. Luego, Pablo subió al estrado y ante el micrófono habló sobre victorias y derrotas, y con lágrimas en sus ojos dijo que nunca jamás olvidaría los grandes momentos que pasó entre nosotros.
Nosotros tampoco Pablo, nosotros tampoco...


*Pablo Pachila será sancionado por su corto aviso para faltar. El hecho de que su falta haya sido estipulada por los mismísimos dioses, no lo redime ante la ley de los hombres.

1 comentario:

  1. no saben todo lo que los quiero a ustedes, a la caprichosa y a los dioses que viven en ella

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