Ayer domingo, fue un día magro en cuanto a cantidad de jugadores. Para las siete de la tarde, aún faltaba gente. Según el listado de mails, eramos 7 (siete).
Facundo Valdez, convocó a su amigo Daniel, el jugador conocido por su silencio y sus movimientos mega habilidosos, que alguna vez van a resultar en una patada por parte de algún hombre sensible que se vea disminuido por ese tipo de actos. Ya siendo 8 (ocho), el panorama se hacía más amable y me tomé la libertad de convocar a uno más, apostando a que el décimo aparezca. El noveno fue Lautaro Gatti (jugador muy 0, pero con poca o nula participoación en esta época de la cancha de San José, pero que sin embargo fue asiduo de la época de Bulnes - época desconocida para muchos de los de hoy, paralela a los juegos de los filósofos).
Al llegar la hora del partido, eramos 6 y eso nos lleno de nerviosismo, pero pronto apareció un séptimo y finalmente, un octavo (Marcos no apareció, a pesar de haber sido segundo en la lista).
Así que así fue: Se jugó 4 (cuatro) vs 4 (cuatro). Los equipos fueron formados por (en este partido no hubo buenos y malos, si mal no recuerdo, terminamos en pardas):
A: Leandro, Fercha, Mcnamara y Pablo P.
B: Facundo Valdez, Lautaro Gatti, Daniel y quien les escribe.
Al comienzo todo fue muy duro, la cancha se hacía enorme, pero poco a poco, algunos empezamos a controlar el balón y entender que más que correr, estábamos para movernos. Y poco a poco, lo que al principio fue dolor, se convirtió en placer. Y el partido se hizo bello. Grandes jugadas. Hermosos goles. Un partido de ida y vuelta repleto de delicadeza y fútbol de alta calidad. Remates de larga distancia, combates uno contra uno. Pases sutiles. El partido fue siempre parejo y, a pesar del cansancio final, creo que lo más importante fue que no dejamos morir el domingo sin haber jugado.
10 rubíes para P Pachila, que para no llegar tarde tomó un taxi.
8 Rosas para los 4 (cuatro) goles de Fer.
2 opiniones críticas para Marcos que no vino.
¡No había visto esta crónica! En efecto, fue un gran partido, y ya me está agarrando el viejo síndrome tan difícil de sobrellevar: la nostalgia futbolcerística, por mi ausencia de las últimas semanas. Espero ansioso el próximo domingo.
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