Al sonar el silbatazo final, los que estábamos dentro de la cancha nos despedimos cordialmente de nuestras invitadas y pasamos a la cancha número 3 (tres). El camino se sintió un poco largo para algunos de nosotros (quizá por venir ya con ritmo de juego), pero a su vez, nos sentíamos muy entusiasmados por la posibilidad de afrontar un nuevo desafío ahí, tan solo cinco (5) minutos después de finalizar un encuentro.
Para el partido de los hombres, los equipos se formaron por: Rauli, Andrés O, "Sebastiano" Brunwald, Facundo Valdez y Andrés C, actuando como los "Buenos" (aunque esto, luego de un análisis profundo, podrá ponerse en cuestión tras relatar un hecho que fue claramente modificador de la realidad del partido).
El otro equipo, los "Malos", fue formado por los hermanos Diego y Alessandro Lumerman, Raphaelle Mc Namara, Luco "el tanquecito bueno" Tamagni y Ferchot Dagnino.
Ya desde el principio, el partido se disputó con la intensidad de los que ya están activos: pases precisos (o debería decir "preciosos"), geniales goles para endulzar los corazones de cualquier entusiasta del deporte, jugds que parecían planificadas durante semanas. Los equipos jugaban con nobleza y coraje, nadie se dejaría caer. Entre los jugadores de ambos equipos se escuchaban indicaciones que demostraban el compromiso de los "players" con el fútbol.
Considero en este momento, mientras en la tv dan un programa sobre gente que baja de peso acompañados por un médico de renombre, que la liviandad en el cuerpo es de vital importancia para no dañarnos cuando jugamos. Y por liviandad, no hablo de ser flaco, el mismísimo Ferchot asegura con la certeza del que se sabe un hombre mortal, que cuando uno fue en algún momento gordo, su propio cuerpo actúa como si uno lo fuera aún cuando esta batalla personal haya sido ganada.
Más o menos cuando la primera mitad del partido llegaba a su climax, un hecho terrible, parecido al choque entre dos planetas se vió muy cerca del arco de los "Malos". El Titán Valdez, con su pierna como martillo, buscó patear un balón que estaba bajo el control del Titán Ferchot. Ferchot escondió el esférico con la calidad de un Rolfi Montenegro, pero el pie de Valde aún se dirigía al mismo lugar con la potencia de un torpedo veloz. Luego se escuchó un grito que no quiero recordar y Rauli, que estaba lejos de la jugada, pero cerca mío (lo que también me pone lejos de la jugada), me dijo: "llegó tarde Facundo" y luego yo asentí, porque eso es lo que se vió desde nuestra posición.
Fernando no terminó el partido y desde la redacción le mandamos un beso grande y saludos a toda su familia. Facundo volvió sobre el final.
El partido fue ganado dentro de nuestros corazones con toda la honra, sin embargo no dejamos de sentir que este tipo de accidentes en un fútbol tan elegante como el que proponemos deberían ser observados y analizados para poder aprender de ellos y evitarlos en el futuro.
Voy a darle tres (3) patitos a Andrés O, en mi opinión el mejor arquero que ha pasado por aquí y de gran técnica como jugador de campo.
40 pesos al tren Tamagni, por su impecable tarea como defensor (un gigante)
7 martillos al violento patadón de Facundo y 17 pesos por sus momentos de fantasista lúcido.
3 estrellas para Diego que siempre alguna hace
Y los demás sabemos como hemos estado.
Gracias por la habitual redacción tan desinteresada y sin sesgos de nuestros queridos partidos. El link de la imagen está caido
ResponderEliminarintentaré arreglar lo de la imagen
ResponderEliminarDesopilante y adictivo. Me refiero a las crónicas, por supuesto.
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