Al igual que el Buda, Lucifer se reveló ante Yahwe al negarse a la dualidad, a ese conflicto entre el Bien y el Mal, el placer y el dolor. Este fin de semana no hubo Futbol, porque, al igual que el el Diablo y y el iluminado de oriente, resistimos. Sentir placer no debe implicar dolo, eso es una falaz idea de nuestra cultura aprendida como monitos. Aquí estamos resistiendo, nosotros jugadores amateur, a este conflicto eterno y decimos "¡Dios!, aquí nadie gana, porque nadie pierde". Simplemente, no jugamos. Preferimos soñar grandes jugadas y el placer de encontrarnos ante el arco Uno, y convertirnos en las divinidades que realmente somos: los futbolistas más grandes del mundo.
Ayer asistí a ver el partido de Boca Juniors y Rosario Central (quienes también empataron), dos equipos de futbol profesional que también dijeron: "nosotros no vamos a participar de esta morbosa actividad divina, aquí nadie gana, nadie pierde, solo somos." Futbol cero, en contra de que unos gocen, mientras otros sufren.
Si ellos no quieren! Nosotros Tampoco! jajajaja
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