Todos vivimos alguna vez la terrible sensación de que algo está muy mal y no va a poder ser reparado. Esa noche 22 de septiembre de 2013, los únicos siete jugadores que asistimos a la velada donde los héroes ponen en juego su condición, sentimos la intromisión de la fatalidad.
A punto de entrar a la cancha, la pregunta recurrente era : "¿Y Marcos?". -"Yo le mandé un mensaje, pero nunca contestó"- dijo uno (yo). Tras una serie de pensamientos sobre palabras horribles como pupo, Pablo Pachila dijo que iba a ver si conseguía a alguien de afuera.
En eso apareció un (1) jovenzuelo todo vestido de river plate y se apresto a sumarse al equipo de Pablo P. , eramos 8.
El partido comenzó, los jugadores de un lado eran: Pablo Pachila, Facundo, Facuno y River. Los del Otro fuimos: Ale Lumerman, Fer Dagnino, Raúl y quien cuenta la historia.
En el comienzo fuimos ocho (8), cuatro (4) de un lado y cuatro (4) del otro. Al ser la cancha grande para nuestra cantidad, el Creador dispuso que el juego fuera veloz, vertiginoso. Ambos equipos raspaban, pero jugaban con flexibilidad y belleza. Los pases certeros y la llegada al gol muy sensible, casi al punto de emocionar a un distraído.
River, nuestro invitado jugo con gran habilidad y voy a hacer uso por vez primera de la satisfacción de mi ego en este texto. Hubo un capítulo del juego en que me encontré cara a cara enfrentado a River, que se manifestó en esa ocasión, en forma de arquero. Le amagué una (1) vez, dos (2) veces y luego,viéndolo a la cara, comprendí que si avanzaba un paso más la podía clavar en el arco aprovechando mi levemente más largo tranco. Y así fue.
Al rato, yo era el arquero, y se dió una situación similar, el me miró y me intento gambetear, pero tuve un (1) segundo, ese seundo que hace muchas veces la diferencia entre la vida y la muerte. Y en ese segundo pensé: "si me tiro y abro las piernas un poco la pelota me pega a mi y no entra. Y no entró. Y River y yo nos miramos y nos reímos. Hurra para los nobles combatientes!
Ahora las caricias a los egos de los demás: Ale increíble, con garra, virtuosismo y sacrificio. Fercha, el increíble asistidor y su gol de zurda. Raúli, con sus mas de mil (1000) goles y la perdida de su ojo.Del otro lado, Pablo y su habilidad para tirar de lejos y su vista de gacela para hacer pases. Facundo y su insistente fantasía y Facundo con criterio de equipo, siempre poniendo en orden lo que necesita ser ordenado.
Cabe aclarar que en este partido no hubo Buenos y Malos porque ganamos todos con un glorioso, verdaderamente glorioso empate.
estupendo episodio. gracias por la magia futbol 0!
ResponderEliminarsarpado. que encuentro!. y esos tubos qué son?
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