martes, 3 de junio de 2014

La línea roja superior demuestra como mi rendimiento
llega al clímax en los últimos minutos




nte lo oscuro, uno debe mantenerse silencioso y alerta. Siempre, incluso cuando un se distrajo, puede suceder algo que no se espera, exactamente cuando uno está esperando otra cosa.
19:05- mail de Facundo Valdez, que luego de haber llegado al noveno jugador, debe bajarse del partido por razones familiares. Aún así, somos 8 (ocho), y eso es bueno. Ser un número par de jugadores siempre da esperanza.
19:09-mail de Pachila avisando que Iván (sin internet) quiere jugar su velocísimo fútbol.
19:10- Respondo diciendo, "Pablo, si te sumas somos 10 (diez)"
19:11- Pablo no contesta.
19:12- Iván contesta y afirma que trae al décimo jugador.
20:00- Somos 10 (diez). El partido se dará bajo el esplendido marco del "Fútbol mixto", con Vane de un lado y Teniente Majoni del otro.
 Los Buenos:
1- Andrés O
2- Andrés K
3- Iván "el terrible"
4- Majo "teniente Majoni" H
5- Nico

 Los Malos:
1-Sebast B
2-Andrés C
3-MacNamara
4-Vane
5-¡Daniel!

El match comenzó como siempre: con una especie de paridad general que nos llevó a estar en 0 (cero) a ambos equipos como hasta las 3 (tres) de la mañana. Finalmente llegó el primer golpe por parte de los Buenos y después de ese, vinieron 3 (tres) más.
Los Malos teníamos problemas defensivos, pero aún así, estábamos dispuestos a luchar. MacNamara, en 2 (dos) ocasiones tuvo situaciones de gol, pero Andrés K se está convirtiendo en una bestia defensiva y sus manos salvaron a los suyos de nuestros ataques. Igualmente, si uno insiste, logra romper cualquier defensa, y así fue. MacNamara golpeó por 2 (dos), y luego yo seguí con su trabajo. Y logramos empatar.
Sucede que la diferencia de aire en los pulmones era muy fuerte y al poco tiempo nos volvieron a sacar distancia.
Desde ahí, y hasta el final, logramos descontar hasta quedar "uno abajo", en varias ocasiones, pero nunca volvimos a empatar.
Fue sobre el final que me dí cuenta de la naturaleza de mi crecimiento deportivo y ví que cuando los demás empiezan a caer, es cuando mi mejor rendimiento comienza. Y empecé a correr.




Vane me tiró un pase a la cabeza y la "peiné" con el alma: la pelota se metió justo en el ángulo.
Vane tiró un caño y me dejó solo frente al arco. Dí media vuelta y fue gol.
Robé a Iván una pelota sobre nuestro campo y comencé a correr. Al sentir que se acercaba a mí, giré y con mi pierna no hábil, la clavé en el segundo palo.
Llegó el señor que no nos quiere y perdimos. Pero los Buenos ganaron y con méritos propios. Pero también, si el partido duraba 10 (diez) minutos más, lo dábamos vuelta. Gloria al Fútbol.

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