La última semana falleció el "Diseñador de las famosas argentinas". El hombre tenía poco más de 40 (cuarenta) años y mucho colágeno en sus labios. Quienes lo conocían, afirman que era una persona muy saludable, que corría y entrenaba todos los días. Además, comía pollo a la plancha.
Nosotros no. Nosotros jugamos solo los domingos, los gloriosos domingos. Así, no moriremos. Y a los 40 (cuarenta), con o sin colágeno en los labios, seguiremos jugando, todos los domingos.
El partido fue grandioso, terrible, desparejo, vulgar y genial. Los equipos formaron así:
.Los Buenos: Iván "de la Muerte", Andrés "Judío" Krom, Marcos "de la estrella del Norte" (que ya tiene la edad del modisto), Andrés Ciruzzi (de orientación anarco-cristiana y que polariza y equilibra al otro Andrés) y Gonzalo "Goma" Gomila.
Los Malos: Ale "el justo" Lumerman, Lucas "Luquini" Tamagni, Rafa "highlander" MacNamara, Andrés "intelectual" Oswald y Facundo "señor de los tacos" Valdez.
El partido comenzó y, pocos minutos después, quiso la divinidad que los Buenos metieran un primer gol (se agradece el tremendo pase-gol/error de Valdez) y en la siguiente, rapidamente empataran los Malos (y aquí, temo que Gomila quería salir del arco, porque era fácil de atajar. Por lo tanto, como arquero recibe cero puntos). Pero poco a poco, la balanza se fue inclinando hacia los que fueron Victoriosos. Y es que cada intento de atacar sucedía de manera fluida y cada intento de recuperación, parecía funcionar. Pero no todo era de los Buenos. La infatigable marca personal que hizo Luquini con quien escribe, fue casi infalible (Tuve que funcionar durante varios tramos del partido, como engaño, para que mis compañeros pudieran atacar: yo me movía lejos para que los Malos perdieran un defensor). Así, logramos obtener una diferencia grande, de 3 o 4 (tres o cuatro) goles, que se sostuvo hasta el final.
Lo de los Buenos se debió a individualidades, si, pero también a una comprensión del juego de equipo en ataque que fue el cemento que pegó los ladrillos de esta victoria. Cuento un gol particular para ilustrar esto. Marcos, en defensa, esperaba con la pelota a Iván, para que se mueva hacia la derecha. Yo esperaba casi en la misma línea que él. En un momento dado, me moví hacia el centro de la cancha y recibí un pase del hombre del norte. Llevé el esférico hacia el ángulo izquierdo de la cancha y me persiguió el arquero, me persiguió un defensor, me persiguieron miles de ellos. Casi rendido, comprendí que la única posibilidad era meterla "de taquito", y entró. JUEGO DE EQUIPO: Los hombres se miran, esperan y anticipan lo que va a hacer el otro. Esto debe ser recíproco, venir del que da y el que recibe. Estar atentos.
También hubo algo que va a hacer enojar mucho a a Alejandro "el justo" Lumerman: En la primera mitad del partido, Goila grito: "¡Pegale!", cuando Krom la tenía en sus pies. Pero Krom estaba detrás de la línea media del campo de juego. La pelota llegó "caminando" hasta el área rival y ahí estaba yo. Hice la mímica de que le pegaba (pero no le pegué, y es sabido que en fútbol 5, si la pelota fue pateada desde atrás de la mitad de la cancha, el gol no vale) y cuando la pelota toco la red, todos dieron por sentado que el gol era mío, pero no, fue de Krom. Y en mi opinión personal, una "trampa" no observada en el momento es una jugada válida (y esto es así para mí, pero también para Dios), porque el juego contempla la trampa al evitarla. Solo hablar de ella, significa hacerla existir por si misma. GOL DE KROM.
Cuando Paris venció a Aquiles, lo hizo sabiendo su punto débil. Cuando los Buenos vencieron a los Malos, lo hicieron conociendo su debilidad, que es por la moral (que no necesariamente implica a la bondad en mayúsculas).
Nota al pie: de ninguna manera me alegra la muerte de Jorge Ibañez, de hecho, hasta me dió un poco de pena. Es solo el contexto histórico de este último partido.
Impresionantes, como siempre los comienzos de los posts
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