Hay un momento en la vida de todo deportista amateur, en que el destino lo pone prueba. El deportista tiene, en ese momento, la oportunidad de ser un héroe y quedar impreso en sus hazañas para siempre. Pero si nuestro deportista no tiene la energía suficiente, los dioses le quitan el favor para siempre y este se convierte en una señora ama de casa que le hace flan a sus nietos por el resto de su vida, aprendiendo todo sobre corte y confección y otras actividades tan aburridas como solitarias.
Este último, no es el caso de los 7 (siete) verdaderos hombres que no flaquearon este último domingo. Y fueron 7 (siete), porque el octavo pasajero (Iván), se "olvidó" del partido, dejándonos en un terrible número impar (*), prefiriendo ser una señora (tal vez nos sorprenda con unas bellas camisetas para el próximo partido, confeccionadas por el mismo).
Por suerte para nosotros, quienes recordamos y sostenemos el deporte más amado, 1 (un) coloso de negro nos ofreció sus servicios y llegamos al mínimo de jugadores para poder comenzar la puja deportiva.
Los que no caímos en la mediocridad del domingo fuimos:
Los Buenos: Ferchat, Ale L. Andrés C y El "Coloso" de negro.
Los Malos (o los camiseta de viejo blanca +1): Diego L, Seba B, Nacho, Pablo P.
En una primera y avispada mirada, cualquiera hubiera dicho que el equipo de las camisetas de viejo (esas que musculosas que van debajo de una camisa traslucida metida en un pantalón de vestir muy pero muy alto) era el que más posibilidades de ganar tenía. Y en el comienzo parecía ser así, una serie de desconexiones y distracciones de nuestro equipo nos dejaron atrás en el marcador. El Coloso de Negro, probablemente se sentía un poco fuera de lugar, siendo el único desconocido, sin embargo, desde el fondo, comenzó a generar algunos pases de muy alta calidad (más allá de su pesado estilo) que en ocasiones terminaron en goles míos y de Ale L. Por el lado del otro equipo, situaciones de gol muy parejas y claras, sin embargo, creo que desde el partido del viernes, en que Diego L fue absolutamente anulado por la Señorita Majo, ha dejado de ser el capitán del bello fútbol, por lo menos hasta que recupere su autoestima futbolística.
De todos modos, corresponde decir que la paridad, como casi siempre, fue la reina de la noche, y solo al final, en el último segundo, antes de que el señor canoso nos venga a sacar de la cancha, fue que los buenos fueron buenos y los malos, un equipo de viejos en camiseta.
Por lo demás, resaltaré que los 7 (siete) que estuvimos esa cálida noche infernal estuvimos donde teníamos que estar, y cuando, nuestros nietos pregunten que hicimos el 24 de noviembre de 2013 diremos:- "Yo fui uno de los héroes de San José".
*- pesar de las propiedades sumamente proporcionadas de organización que este tipo de números nos regala en el cosmos(es un hecho que agrupar cosas de a tres es mejor que de a dos, y sino, pregúntenle a una diseñadora de interiores), es un grupo de números terriblemente malos para comenzar un partido de fútbol.